Mira que te diga. Seguro que los últimos días has leído, visto y oído innumerables deseos de comienzos de año de todo tipo y pelaje. Esto es un clásico al nivel de ver ‘Solo en casa’ durante la Navidad y recordar a Macaulay Culkin y su cara sempiterna de infante. Bueno, y también los pasos de este actor por los juzgados durante los últimos años.
Yo también tengo los míos. Y en el ámbito de la política hay mucho que desear. Si ya me conoces, sabes que mi estilo nunca ha sido esconder mis filias y mis fobias. Y te aseguro que no lo voy a hacer en este recién estrenado 2024. Por esto, quiero compartir contigo por qué considero que parar la ley de amnistía que ha pergeñado Pedro Sánchez y los independentistas catalanes junto a sus socios de Gobierno debe ser un objetivo compartido por toda la sociedad española que quiere que nuestro país siga siendo la España en la que hemos vivido durante las últimas décadas.
El Partido Popular acierta de pleno al enfocar sus esfuerzos en explicar allá donde pueda (y donde le dejen) cuáles van a ser las nefastas consecuencias de una ley manufacturada con un único propósito: la supervivencia en la presidencia del Gobierno de España de Pedro Sánchez.
No cuela ni de lejos la teoría sanchista de que esta ley servirá para apaciguar a los partidos que van a recibir esta prebenda. Todo lo contrario. Ahora tienen la completa certeza de que pueden pedir a Sánchez lo que quieran y éste se lo concederá. Y el próximo paso que veremos en los próximos meses será el referéndum para partir definitivamente España en trocitos al gusto de los partidos nacionalistas.
El registro en el Congreso de los Diputados de las enmiendas a la totalidad de la ley de amnistía por parte del Partido Popular supone una declaración de intenciones muy necesaria en un tiempo marcado por el rumbo polarizado que Sánchez ha marcado para esta legislatura. Vienen curvas en los próximos años para este remozado Gobierno de coalición. Saben que el timón de mando está en Bélgica y harán todo lo que les pidan desde Waterloo.
Sí. El sanchismo va a mantener por ahora esta ley en el Congreso de los Diputados. Ya veremos cuánto sufre en su tránsito por el Senado. Y todo ello a pesar del rechazo general de la sociedad española y de que nadie, repito, NADIE ha votado esta ley y NADIE le dio su voto al PSOE para que firmara esta ley que va en contra de lo que hasta hace unos pocos años representaba la formación del puño y de la rosa, un partido que ya no lo reconocen ni sus propios votantes.
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