Hace unos días leía un artículo sobre liderazgo de un conocido que hablaba sobre algunas características que deben tener los líderes y sobre la importancia de quitarte de encima a aquellas personas que te “queman” y te asfixian en tu día a día. Buen artículo, sin duda, pero… ¿qué pasa cuando es el líder el que, sin saberlo, genera un problema con las personas que tiene por debajo? Como decía alguien, “no hay cosa peor que un tonto motivado”, y ese tipo de líderes muchas veces son eso: TONTOS MOTIVADOS. Y sí, también hay que huir de ellos.

Y, aunque, esto no es el tema del día, si viene a cuento por lo siguiente. Ya es la segunda vez en los últimos tres meses que me encuentro con una situación parecida en la que un empresario se pone en contacto conmigo para contarme los problemas que le ha conllevado la mala selección de su nuevo director comercial.

En concreto la última vez me encontré la siguiente situación: empresario amigo que tiene en sus filas a un “buen” director comercial, con el que lleva trabajando desde el inicio de su actividad. Este último decide emprender por su cuenta y el empresario “busca” entre sus empleados al sustituto/a perfecto/a…

– ¿Qué te parece la selección Agustín?
– Pues no tengo ni idea. ¿Esta persona quién es?
– Uno de mis empleados, una persona que tiene gran carisma entre los compañeros y que estoy convencido de que lo va a hacer estupendamente.
– Pues si lo tienes tan claro… pa’lante
– Pero, ¿a ti que te parece?
– No lo sé, ¿has pedido referencias de esa persona fuera de tu organización?
– No
– Mira, hacemos una cosa. Déjame un par de semanas y te hago el trabajo que tenías que haber hecho tú antes de dar el paso. Una vez que tenga información CONTRASTADA te llamo, comemos y te cuento.

Una vez profundizado en el currículum de este profesional descubrimos ciertos aspectos interesantes y quedo a comer con este empresario para transmitirle el resultado del trabajo realizado.

– Pues nada, te cuento. Esta persona, en su pasado ha trabajado en todo lo que dice y de sus empresas anteriores tiene grandes defensores y detractores. Al parecer en la mayoría de las empresas privadas en las que ha estado ha dejado huella. En algunas buenas y en otras no tan buenas. Pero te quiero hacer una pregunta. ¿Cuál es tu objetivo como empresario?
– No se a qué te refieres.
– Sí, que qué quieres conseguir con tu empresa.
– Hombre, me encantaría ser un referente en mi sector dentro de mi ciudad.
– Pues entonces esta persona no te sirve…
– ¿Por qué?
– Porque a nivel institucional, en tu ciudad, tiene detractores en la mayoría de los organismos e instituciones públicas, y si tuvieran que contratarte y esta persona estuviese al cargo de la negociación, esta no sería beneficiosa para ti. Además la marca, la imagen de tu empresa, se vería deteriorada.
– Pero, ¿cómo es posible?
– Al parecer ha sido una persona que no tiene buena imagen y esa mala imagen se puede trasladar a tu negocio. Esta es la información que yo he obtenido en un par de días de trabajo. Ahora tu decides qué hacer con ella.
– ¿Tú que harías?

– ¿Yo? Contratar a alguien para que te hubiese ayudado a hacer un proceso de selección tan importante como el de un director comercial. Ahora que ya has tomado la decisión, esperar para saber si te has equivocado o no… ¡Y la próxima vez me llamas!

Decía Hesiodo que “una mala reputación es una carga ligera de levantar, pesada de llevar, difícil de descargar”.

(Visited 1 times, 1 visits today)

Leave A Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

siete + veinte =