SIEMPRE han existido.
Desde que el hombre es hombre.
En las partidas de caza, seguramente, ya había uno que organizaba al personal, repartía funciones y hacía estrategias para conseguir la mejor presa.
Y así se abrió la veda y le siguieron muchos más: Julio César, Carlomagno, Napoleón Bonaparte, Gandhi, Martin Luther King, Eleanor Roosevelt, Margaret Thatcher, Malala Yousafzai o Steve Jobs.
Son grandes nombres de la historia que hicieron, igualmente, grandes conquistas en sus campos y lideraron de maravilla.
Cómo Director Comercial puedes tomar nota de sus enseñanzas y aplicarlas a tu pequeña parcela (tu empresa) para hacerla crecer y conquistar el mercado.
Y, ¿qué debe poseer un buen líder?
Todos los líderes anteriormente mentados comparten un carácter. Hay personas que prefieren comodidad, estabilidad (y son eficientes en las tareas que se le asignan, por supuesto); pero luego están los líderes: que buscan cambiar paradigmas, que asumen riesgos a diario y son inquietos por naturaleza. Y es que el liderazgo se lleva en el carácter. Probablemente además de Director Comercial estés metido en 100 embolados más, ¿presidente del APA? ¿o de alguna asociación benéfica? ¿política?
El líder debe, asimismo, ser capaz de transmitir seguridad y conocimientos (sobre mercado, producto, procesos y competencia). Y ¿cómo se consigue eso? Pues no desconectando nunca y manteniéndote formado e informado, para después formar e informar a tu equipo.
Todos los líderes mentados anteriormente, además, comparten algo que les hizo alcanzar el éxito absoluto: un objetivo (que va más allá de vender), un fuerte deseo de cambiar el mundo con sus acciones apoyados en unos valores (que la gente admira y por tanto, compra y sigue). Hay algo más detrás, un buen líder es inspirador.
Para ser inspirador primero debes ser sabio. Y serlo no solo implica conocer TODO sobre tu empresa, mercado y competencia sino también ver lo que otros no ven.
El líder debe ser capaz de ver más allá del corto plazo. Comunicar y mantener presente en los demás la visión y el propósito de las acciones se vuelve, por tanto, un imprescindible. Todo sin descuidar la estrategia y marcando las pautas de las acciones, de manera clara para ayudar su staff a cumplir.
Pero no todo son carácter y conocimientos, la actitud del líder también importa (y MUCHO) ya que es la que crea un ambiente de confianza entre todos y compromiso con los valores de la empresa y con los objetivos marcados.
Conocer a todo su equipo, saber reconocer sus habilidades más desarrolladas y sus puntos débiles y establecer las labores del comercial en base a esta información, haciendo que éstos se sientan cómodos con su trabajo y den lo mejor que tienen y consiguiendo así más productividad de cada uno, es ser un líder de pro.
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